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jueves, 19 de mayo de 2011


Se sube el telón y empieza una carrera de vértigo: LA VIDA, un gran teatro en donde todos tenemos nuestro papel y del cual todos formamos parte de la misma obra.
Es inevitable que a veces nos sintamos en una tragedia y otras en el extremo más ridículo de una comedia; y creemos que hemos de entusiasmar a ese público que ha venido a ver nuestra obra cuando ignoramos que ese público somos nosotros mismos. Ese aplauso no vendrá dado por nuestras lágrimas ni por nuestros gozos, ni tan siquiera por un acto bien acabado; sino por el aprendizaje al que nos sometemos al comenzar la obra y la emoción que seremos capaces de causar a aquél que nos observa.
Nos movemos a través de unos hilos invisibles que trazan el camino que nunca se ha de volver a pisar, y nos pasamos medio drama añorando todo aquello cuánto sucedió; a veces, hasta convirtiendo la tragedia en algo divertido. No comprendemos el sentido de nuestra obra hasta que la vemos acabada.....
No conciliamos la idea de que la obra se pueda acabar en cualquier momento, porque lo único cierto es que nunca sabemos cuando se va a cerrar el telón.





1 comentario:

  1. Ohh muy bonito muy bonito!! jjajaja
    vaaa no te ralles que malas temporadas tenemos todos :) te quieroooooo furcie :)

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